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miércoles, 20 de julio de 2011
La biblia en su casa.
EL MANÁ
Los israelitas se marcharon de Elim y llegaron al desierto de Sin, entre Elim y el Sinaí, el día quince del segundo mes después de la salida de Egipto.
Toda la comunidad de los israelitas empezó a murmurar contra Moisés y Aarón en el desierto.
Les decían: "¡Ojalá Yavé nos hubiera hecho morir en Egipto! Allí nos sentábamos junto a las ollas de carne y comíamos pan en abundancia. Ustedes, en cambio, nos han traído a este desierto en que todo ese gentío morirá de hambre."
Pero Yavé dijo a Moisés: "Ahora les hago llover pan del cielo; salga el pueblo y recoja lo que necesita para cada día. Y yo voy a probar si se ajusta o no a mi enseñanza...
El día sexto prepararán lo que les envíe, y será el doble de la ración diaria."
Moisés dijo a Aarón: "Di a todos los hijos de Israel: Vengan, preséntense a Yavé, porque ha oído las quejas de ustedes."
Y mientras Aarón hablaba al pueblo, miraron hacia el desierto: la Gloria de Yavé se apareció en medio de la nube.
Yavé habló a Moisés diciendo:
"He oído las quejas de mi pueblo. Diles: por la tarde comerán carne y por la mañana se saciarán de pan; así sabrán que yo soy Yavé, el Dios de ustedes."
Aquella misma tarde llegaron codornices, que cubrieron el campamento. Y, por la mañana, en torno al campamento, había una capa de rocío.
Al evaporarse el rocío, apareció sobre el suelo del desierto una cosa menuda, como granos, parecida a la escarcha.
Cuando los israelitas vieron esto, se dijeron unos a otros: "Manha", o sea: "¿Qué es esto?" Pues no sabían lo que era. Y Moisés les dijo: "Este es el pan que Yavé les da para comer.
Salmo
Sal 78, 18-19; 23-24; 25-26; 27-28
Tentaron a Dios en sus corazones, pidiendo de comer para sobrevivir; insultaron a Dios, diciendo: "¿Será Dios capaz de prepararnos la mesa en el desierto?
Dio orden a las nubes en lo alto, abrió las compuertas de los cielos, les envió como lluvia maná para comida, les dio trigo del cielo.
Y el hombre comió el pan de los Fuertes, y El les envió de sobra provisiones. Hizo soplar en los cielos viento del este, y trajo con su poder el viento sur.
Hizo llover sobre ellos la carne como polvo, aves innumerables como arena del mar. Hizo que cayeran dentro del campamento, en todo el derredor de sus carpas.
Evangelio
Mt 13, 1-9
LA PARÁBOLA DEL SEMBRADOR
Ese día Jesús salió de casa y fue a sentarse a orillas del lago.
Pero la gente vino a él en tal cantidad, que subió a una barca y se sentó en ella, mientras toda la gente se quedó en la orilla.
Jesús les habló de muchas cosas, usando comparaciones o parábolas. Les decía: "El sembrador salió a sembrar.
Y mientras sembraba, unos granos cayeron a lo largo del camino: vinieron las aves y se los comieron.
Otros cayeron en terreno pedregoso, con muy poca tierra, y brotaron en seguida, pues no había profundidad.
Pero apenas salió el sol, los quemó y, por falta de raíces, se secaron.
Otros cayeron en medio de cardos: éstos crecieron y los ahogaron.
Otros granos, finalmente, cayeron en buena tierra y produjeron cosecha, unos el ciento, otros el sesenta y otros el treinta por uno.
El que tenga oídos, que escuche."