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viernes, 8 de julio de 2011
JACOB BAJA A EGIPTO
Israel partió con todo lo que tenía, y al llegar a Bersebá, ofreció allí sacrificios al Dios de su padre Isaac.
Dios habló a Israel durante la noche en una visión y le dijo: "Jacob, Jacob."
"Aquí estoy", contestó él. Y Dios prosiguió: "Yo soy Dios, el Dios de tu padre. No temas bajar a Egipto, porque allí te convertiré en una gran nación.
Yo te acompañaré a Egipto, y también te haré volver aquí. José te cerrará los ojos."
Jacob dejó Bersebá y los hijos de Israel llevaron a su padre junto con sus hijos pequeños y sus mujeres en las carretas que Faraón había mandado para transportarlos.
También tomaron sus rebaños y todo lo que habían adquirido en Canaán, y así entraron en Egipto Jacob y toda su descendencia,
sus hijos y los hijos de sus hijos, sus hijas y los hijos de sus hijas; en una palabra, hizo que entrara con toda su familia en Egipto.
ENCUENTRO DE JACOB CON JOSÉ
Antes de que entraran en Gosén. Jacob mandó delante a Judá para avisar a José de que estaba para llegar a la tierra de Gosén.
José enganchó su carro y fue al encuentro de su padre a Gosén. Al verlo lo abrazó y lloró largamente sobre su cuello.
Y dijo Israel a José: "Ahora ya puedo morir, porque he visto tu rostro y porque vives todavía."
Salmo
Sal 37, 3-4; 18-19; 27-28; 39-40
Confía en el Señor y haz el bien, habita en tu tierra y come tranquilo. Pon tu alegría en el Señor, él te dará lo que ansió tu corazón.
El Señor cuida los días de los buenos, su herencia será eterna. Cuando haya escasez no tendrán problemas y tendrán qué comer cuando arrecie el hambre.
Apártate del mal y haz el bien, y tendrás una casa para siempre. Porque el Señor ama lo que es justo y no abandona jamás a sus amigos. Los pecadores perecerán para siempre y se acabará la raza de los malos.
La salvación de los justos viene del Señor, él es su refugio en tiempos de angustia. El Señor los ayuda y los libera, salva a cuantos confiaron en él.
Evangelio
Mt 10, 16-23
Miren que los envío como ovejas en medio de lobos: sean, pues, precavidos como la serpiente, pero sencillos como la paloma.
LOS TESTIGOS DE JESÚS SERÁN PERSEGUIDOS
¡Cuídense de los hombres! A ustedes los arrastrarán ante sus consejos, y los azotarán en sus sinagogas.
Ustedes incluso serán llevados ante gobernantes y reyes por causa mía, y tendrán que dar testimonio ante ellos y los pueblos paganos.
Cuando sean arrestados, no se preocupen por lo que van a decir, ni cómo han de hablar. Llegado ese momento, se les comunicará lo que tengan que decir.
Pues no serán ustedes los que hablarán, sino el Espíritu de su Padre el que hablará en ustedes.
Un hermano denunciará a su hermano para que lo maten, y el padre a su hijo, y los hijos se sublevarán contra sus padres y los matarán.
Ustedes serán odiados por todos por causa mía, pero el que se mantenga firme hasta el fin, se salvará.
Cuando los persigan en una ciudad, huyan a otra. En verdad les digo: no terminarán de recorrer todas las ciudades de Israel antes de que venga el Hijo del Hombre.