El estudio, que culminó en marzo de este año, revisó 15 mil títulos, de los cuales, 2.235 resultaron falsos. Es decir, un 14,4% de los documentos escrutados eran ilegales. La firma realizó este mismo trabajo en el año 2008, pero los resultados actuales superan ampliamente los anteriores. En aquella oportunidad, se revisaron 6 mil y se detectaron 300 títulos falsos, lo cual corresponde al 5%, uno por cada 20.
Según los análisis difundidos por Portafolio, el 65% corresponde a diplomas de bachillerato, el 21 a diplomas técnicos y tecnológicos y el 14 a títulos profesionales y de especialización.
La investigación también reveló que el 20% de estos títulos falsos correspondían a entidades académicas que nunca existieron, y en otro 15% de los casos, se descubrió complicidad entre el falsificador y empleados de las instituciones educativas.
Además, el trabajo detectó diferencia de género a la hora de mentir. El 65% de los documentos falsificados corresponde a hombres, mientras que el restante 35%, a mujeres. En cuanto a la edad, el 60% de quienes mienten sobre sus logros académicos tiene entre 31 y 40 años; el 25%, es mayor de 40 años; y el 15%, de entre 18 y 30 años.
Desde la consultora aseguran que "el comportamiento manifiesto en la falsificación de un documento público, como lo es un título académico o una certificación laboral, habla del alcance que puede tener una persona en escenarios donde tenga la oportunidad de mentir o engañar".
El último dato revelador de esta investigación es el promedio de engaños de estos falsos profesionales: cada uno de ellos tiene una media de tres experiencias laborales. Es decir que, por lo menos, tres empresas fueron defraudadas por cada uno de ellos.