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miércoles, 1 de junio de 2011

Los héroes del 30 mayo


En la historiográfica dominicana Trujillo es un tema que hiede. Y hiede porque muchos de los que fueron sus secuaces y esbirros han pretendido contar la historia como cantó la Lupe …a su manera…. Así han tejido una manipulación perversa y, de paso, un rentable negocio. Es decir, no se han conformado con tergiversar la historia, excomulgar sus crímenes, sino que, encima, quieren imponer como verdades absolutas sus historietas.

El 50 aniversario del ajusticiamiento del sátrapa, ha querido ser empañado con un debate estéril e insustancial: que si fue mentira o verdad que tal o cual conjurado, mató o no al dictador; y que cuáles fueron sus motivaciones. Pero por Dios, ¿qué importancia histórica puede tener semejante principalía? Lo trascendente fue -y es- que con su valiente acto pusieron fin -al menos físicamente- a un vil y execrable asesino que por 31 años implantó un régimen de oprobio y sangre a todo lo largo y ancho de la geografía nacional.

Por ello, no tiene ninguna importancia histórica quién le dio o no el tiro de gracia a Trujillo; lo verdaderamente trascendente, para la historia y las futuras generaciones, es elevar y fijar ese acto patriótico en la conciencia colectiva de la sociedad dominicana para que jamás ningún hijo e p…, se atreva a mancillar y conculcar las vidas y las libertades de esta patria de Duarte y de los prohombres que las forjaron en 1844.

¡Que carajo! me importa a mi si tal o cuál conjurado fue más valiente que otro (con esto sólo se persigue: restarle mérito histórico al hecho-ajusticiamiento y a los conjurados independientemente de si alguno de ellos ha vivido -o vivió- de ese hecho, o de que luego, en el interregno histórico 1961-2011, no haya exhibido una conducta ética-política a tono con ese antecedente histórico, que en todo caso, sería harina de otro costal). Ése, por demás, es un debate flojo y chueco, pues las individualidades en el análisis socio-histórico nos refieren, generalmente, a lo anecdótico. Y precisamente, de eso (de lo anecdótico), han vivido -desde 1961- los esbirros y secuaces de Trujillo.

¡Loor a los héroes del 30 mayo!
Autor: Fco. S. Cruz