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domingo, 24 de abril de 2011

Abril: la cotidianidad en la Zona Liberada


Jhonatan Liriano y Juan Eduardo Thomas
Colaboración Raúl Pérez Peña (Bacho)
Santo Domingo
El 25 de septiembre de 1963 oficiales de las Fuerzas Armadas, en contubernio con sectores económicos, religiosos y políticos contrarios a las medidas democráticas implementadas por el presidente Juan Bosch, materializaron un golpe de Estado que terminó con el primer gobierno libremente elegido después de los 30 años de dictadura de Rafael Leónidas Trujillo.

El hecho se produjo a pesar de que la plana de jóvenes oficiales dirigida por el coronel Rafael Fernández Domínguez, fiel a Bosch, había hecho diferentes maniobras para impedirlo. Antes y después del rompimiento del orden constitucional, el Movimiento 14 de Junio y otras fuerzas políticas advirtieron las consecuencias sociales de la desobediencia de la jefatura militar.

El 28 de noviembre de 1963 los catorcistas, dirigidos por Manolo Tavares Justo, se levantaron en armas “en las escarpadas montañas” de la Cordillera Central, y declararon la guerra al gobierno provisional del Triunvirato.

A pesar de que el movimiento armado fue brutalmente reprimido por las tropas de las Fuerzas Armadas, el germen de una revuelta popular quedó esparcido por todo el territorio nacional.

El Partido Revolucionario Dominicano (PRD) y los militares que seguían al coronel Fernández Domínguez y al presidente Bosch, comenzaron a hilvanar una conspiración para enfrentar a los golpistas y restablecer la Constitución de 1963.

El contragolpe se desencadenó en las primeras horas del sábado 24 de abril de 1965, con el apresamiento de la Jefatura de Estado Mayor del Ejército Nacional.

La conspiración
El coronel Miguel Ángel Hernando Ramírez y el capitán Mario Peña Taveras detuvieron al general Marcos Rivera Cuesta y a sus oficiales.

Coordinaron de inmediato el levantamiento de los campamentos 16 de Agosto y 27 de Febrero, y llamaron al programa Tribuna Democrática, voz del PRD, para que José Francisco Peña Gómez convocara a la población a las calles, pues en ese momento, a las 2:00 de la tarde, soldados dominicanos, por primera vez en la historia nacional, iniciaban una revuelta armada para reponer las bases del sistema democrático. Así iniciaba la Guerra de Abril.


LIDERAZGO DE LA ZONA LIBERADA CORONEL CAAMAÑO
El llamado de José Francisco Peña Gómez al pueblo, a través de Tribuna Democrática, puso a todo el país en vilo. Los militares constitucionalistas sacaron las armas de los campamentos que tomaron y las entregaron a la población civil. Entre el 24 y el 26 de abril, un coronel del Ejército Nacional que había sido comandante de los “cascos blancos”, emergió como líder de la gesta, y encabezó las acciones de organización y dirección de la zona liberada: Francisco Alberto Caamaño Deñó.