NUEVA YORK._ Agentes del Buró Federal de Investigaciones (FBI) y de varias otras agencias de la ley, arrestaron en Newburgh al dominicano Carlos Ortiz, quien era buscado en vinculación con tres homicidios en el área de White Plains. Ortiz, es sindicado por los fiscales de ese condado como el presunto líder de una importante célula de la pandilla Latin King y fue apresado junto a otros 14 miembros de la ganga. Los asesinatos fueron perpetrados en el 2008, dijeron las autoridades al presentar a parte del grupo en una corte federal y a los que además, se les imputa narcotráfico, intentos de asesinatos, extorsión, amenazas y posesión de armas de fuego.
Entre las víctimas, hay un adolescente de 15 años de edad. Los 15 arrestados forman parte de un total de 31 que cayeron en las redadas y allanamientos de los federales. De los 15, uno está prófugo. Ortiz era activamente buscado por los federales que habían difundido un afiche con la fotografía y las informaciones del acusado.
El Fiscal Federal del Distrito Sur con sede en Manhattan, Pete Bharara dijo que los pandilleros distribuían todo tipo de estupefacientes en el poblado de Newburgh, habitado mayoritariamente por mexicanos y negros y con gran presencia de dominicanos y centroamericanos. Otras acusaciones contra los pandilleros son por robos y asalto.
“Los miembros de Latin King, nunca muestran misericordia, ellos usaron la violencia brutal, las amenazas, intimidación y el terror, incluso contra miembros de pandillas rivales para proteger la venta de derogas en su territorio”, añadió el fiscal federal.
Los operativos contra los pandilleros de Latin King, comenzaron en mayo y el fiscal aseguró que los mismos, han ayudado a limpiar as Newburgh de la ganga. “La violencia y el tráfico de drogas en las calles de Newburgh, siguen siendo intolerables y debemos y tenemos que poner fin a eso”, manifestó el funcionario judicial.
Terminó diciendo que nada de lo que se hace en su oficina, es más importante que combatir el crimen organizado de las pandillas, para devolver la tranquilidad y sacar del ambiente del terror a las madres, cuyos hijos podrían ser próximas víctimas de alguna bala disparada por los pandilleros.