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sábado, 22 de enero de 2011

Haitianos no pudieron entrar al país para venerar a la Virgen


Ricardo Santana
Dajabón
Decenas de haitianos se aglomeraron ayer en los alrededores del puente fronterizo y del río Masacre que separan a la ciudad haitiana Ouanaminthe de Dajabón, tratando de cruzar a territorio dominicano.

Algunos de los haitianos dijeron que su intención era cruzar a este territorio para desplazarse a Santiago y participar de la misa que se celebra en el santuario dedicado a la Virgen de la Altagracia en esa ciudad.

No obstante, se quejaron porque los militares que custodian la frontera les prohibieron la entrada porque no tenían pasaportes.

Rensita Auguste, residente en la comunidad de Limonade, ubicada en el noreste de Haití, dijo que tiene ocho años ininterrumpidos cruzando el país sin pasaporte todos los días 21 de enero, para participar en la misa con ocasión del Día de la Altagracia.

Sin embargo, dijo que ayer, los soldados apostados en la frontera se lo impidieron tanto a ella como a otros haitianos que en años anteriores habían cruzado sin problemas.

Mientras otros buscaban múltiples maneras de burlar la vigilancia de los militares para cruzar la frontera y quedarse en el país.

Según cifras del Ejército Nacional y del Cuerpo Especializado de Seguridad Fronteriza Terrestre (Cesfront), diariamente los militares devuelven entre 50 y 70 haitianos que son sorprendidos cruzando de manera clandestina la frontera.

Traficantes
Las bandas de traficantes de haitianos que operan en Haití aumentaron la tarifa a los indocumentados y lo mismo han hecho los conductores que se dedican a transportarlos desde la frontera hasta ciudades del Cibao y otras del país.

Según versiones, los haitianos tienen que pagar entre 300 y 350 dólares a “Los Poteas”, como se conocen en Haití a las personas que se dedican al tráfico de personas.

Hace dos meses cobraban entre 60 y 70 dólares.

Mientras que los choferes que se dedican a transportar haitianos desde esta parte fronteriza hasta Santiago, Puerto Plata, La Vega, la capital y otras, cobran entre cuatro mil y cinco mil pesos por persona.