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domingo, 12 de diciembre de 2010

Destacamento PN Restauración es un “chiquero”


Escrito por: RICARDO RODRIGUEZ ROSA (Ricardo_rguez@hotmail.com)
RESTAURACION, Dajabón. Entre el destacamento de la Policía Nacional en este pueblo fronterizo y un chiquero, la diferencia puede ser poca y, si la hay, sería en beneficio del lugar reservado para la crianza de animales.

Este poblado, que marca el límite con Haití, cuenta con algo más de seis mil habitantes, quienes tienen limitados accesos a los principales servicios públicos por los que, de una manera u otra, el Estado les cobra impuestos.

El local que ocupa la Policía es una vieja casita que “se cae a pedazos”.

Tal vez un milagro o alguna fuerza oculta hayan impedido que se fuera al suelo, pues la madera está toda corroída por el paso del tiempo.

La situación del destacamento contrasta grandemente con el crecimiento y avance que ha tenido Restauración que, a estas alturas, cuenta con edificios de modernas arquitecturas –como la Cooperativa Global- y con todas sus calles en buenas condiciones.

La mayor preocupación entre los distintos sectores, en estos momentos, es las condiciones de deterioro que presenta el destacamento policial, lo que llama poderosamente la atención de inmediato a los visitantes.

Hace dos años se inició la construcción del local donde habrá de funcionar el cuartel policial, pero la desidia y la irresponsabilidad de algunos provocaron la paralización de los trabajos. La construcción se mantiene paralizada.

Ramón Alberto Romano Contreras, destacado dirigente comunitario en esta zona, impulsa gestiones para dotar a la Policía de un local apropiado, donde sus miembros puedan sentirse seguros.

Romano Contreras es presidente del club Confraternidad Fronteriza y de la Asociación de Ganaderos, además de que fue fiscal y juez de paz aquí.

En el 2008 se formó un patronato pro-construcción del destacamento policial y los trabajos se iniciaron a finales de ese año. Pero al cabo de un tiempo se paralizaron y Romano Contreras dice que no han podido continuar porque las autoridades no han puesto de su parte.

Representativos civiles de este municipio han tocado muchas puertas pero sólo han recibido promesas.

Estuvieron en el propio Palacio de la Policía, donde se comprometieron a proporcionarles la madera y otros materiales para terminar los trabajos en un mes y, sin embargo, nada se ha hecho en ese sentido aún.

Mientras el “destacamento” policial de aquí se torna cada día menos habitable, residentes en esta comunidad temen que cualquier fenómeno de la naturaleza termine derrumbándolo.

“Porque nuestro país es vulnerable a ciclones y temblores de tierra, una desgracia podría ocurrir en esa casona, por lo que la Jefatura de la Policía todavía está a tiempo para evitar tal cosa”, refirió Romano Contreras.

El dirigente comunitario garantizó que junto a los demás sectores de Restauración continuará adelante con los esfuerzos, hasta ver a la Policía en nuevo local, pero para esto pidió a las autoridades de aquí que se sumen a ese reclamo “y así cumplan con sus deberes y obligaciones para con la comunidad”.

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