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lunes, 8 de noviembre de 2010
MUJERES ASUMEN CONTROL DEL HOGAR POR ABADONO DE MARIDOS
Andrea Luna
andrea.luna@listindiario.com
Santo Domingo
“Los padres también se divorcian de los hijos”. Es una frase popular que toma fuerza y credibilidad ante las más de 15 denuncias por falta de manutención que se registran a diario en el Juzgado de Paz de la Cuarta Circunscripción del Distrito Nacional.
“Ya no veo a mi papi cuando despertaba feliz por un triunfo en las Grandes Ligas y me llamaba campeón. Me duele cuando mi madre le grita por teléfono pidiendo dinero para mí y mi hermanito.
También lloro junto a ella. El dinero separa, enfrenta y destruye mis héroes”, una reflexión de un niño de apenas 11 de edad al preguntarle sobre su padre.
Pedrito, a quien se le protege su identidad, es una víctima más de la angustia que predomina en aquellos infantes por los problemas frecuentes de manutención de menores en el país, según la siquiatra infantil Migdonia Galla.
En una conversación con la autora de este artículo el niño narró que hace mucho tiempo que no ve a su padre y cuando lo hace siempre se enfrenta a su progenitora, lo que le provoca un dolor en el pecho. “Guardo la esperanza de verlos juntos algún día”, afirmó mientras revoloteaba con sus manos un puño de arena como señal de desesperación.
Esa esperanza nunca morirá. Se mantendrá intacta en los corazones de los hijos pese al paso de los otoños que le dan estatura al cuerpo.
Drama
Mientras los niños viven la agonía de la separación, en ocasiones ignorada por los padres, en los tribunales se debate la pensión alimentaria que el padre debe pagar mensualmente. Es un drama desolador. Entre gritos, amenazas, malas miradas y hasta gestos de violencias esperan su turno para determinar que tanto la parte demandada puede darle a esa personita que nació mitad de ambos y que no tiene la culpa de nacer en el seno de una pareja disfuncional.
¡Ese desgraciado! Para referirse al progenitor del niño fue una frase que resaltaba en los pasillos de espera, acompañada de un poco de historia para establecer la disimilitud del padre de ayer y de hoy. “Cuando vivíamos juntos era un buen padre. Se preocupaba por todo lo del hogar y le daba mucho cariño al bebé”, explicó Mercedes Soto, quien esperaba a su ex pareja para determinar el monto de la pensión alimentaria.
Bajo el rocío de una tenue llovizna que manchaba el papel que guardaba entre sus líneas negras una codiciada pensión, Tita Arias demostraba inconformidad. Se trataba de una pensión de mil 500 pesos mensuales para una niña de dos años. “Esto no sirve para nada”, se limitó a decir mientras las lágrimas rodaban por sus mejillas.
Rossi Meléndez, fiscalizadora del Juzgado de Paz de la Cuarta Circunscripción del Distrito Nacional, expresó a LISTÍN DIARIO que por ser esta una de las jurisdicciones más grandes de la capital, se registran diariamente unas 15 denuncias por falta manutención a menores de edad.
Explicó que la pensión abarca educación, alimentación y pago de alquiler de casa.
Existen también otros gastos que la ley llama de contingencia, como la salud, que no se coloca dentro de la pensión porque no es un monto preciso, pero también se tiene la obligación de asumir.
“La pensión alimentaria siempre va a medir la necesidad de los menores, gastos y capacidad económica del padre”, agregó.
El monto más alto entre la clase baja es de RD$2,500, mientras que en la clase alta es más variable. Según los registros de esta jurisdicción, el monto más alto de una pensión es 200 mil pesos para tres niños.
Los casos más comunes de petición de pensión alimentaria son por parejas de unión libre, ya que el proceso de divorcio tiene la ventaja de que se puede conocer la pensión alimentaria.
Dijo que aunque no es frecuente, hay casos en que son los padres quienes acuden al juzgado de paz a solicitar que se les aplique la pensión, porque entienden que es más beneficioso.
“Hay madres que cometen el error de esperar hasta tres años para demandar el padre, por lo que exigen el pago de ese tiempo que duro sin mantener el niño, pero ese retroactivo no existe en la ley sin haber una demanda previa” añadió.
LOS TRASTORNOS QUE CAUSA UNA SEPARACIÓN
“Tenemos un compromiso con la vida, donde nunca dejamos de ser padres, ni madres”, afirma la siquiatra Migdonia Galla, quien vela para que el niño nunca reciba información negativa de su padre.
Los niños siempre conservan la esperanza de que papá y mamá se volverán a juntar, y ver una lucha por dinero entre ellos les genera trastornos mentales.
Estos padres irresponsables, en ocasiones tienen la necesidad de ser llamados a dar el dinero, aunque hay padres que no lo tienen, pero considera la especialista que si lo toman con responsabilidad la vida misma se lo concede.
Galla sostiene que a esos padres ni les pasa por la mente el problema que están generando en ellos mismos, “porque los hijos son un regalo del cielo, un hijo es el propio padre”.
“Cuando tú no ayudas a ese niño estás impidiendo tú propio desarrollo, estás lesionando la continuidad de tu cuerpo”, indicó.
El niño se deprime. La incertidumbre genera el desasosiego, nunca el infante está seguro de nada. Si su padre dará el dinero o si lo verá. Esto lo convierte en víctimas de la depresión.
Precisó que no importa que los padres estén separados, siempre se puede hacer mucho, pero hay que tener claro que el niño debe sentir que ellos siguen siendo sus padres y que los apoyan.
Explicó que los niños de padres separados necesitan ayuda y de ambos padres para ser orientados, ya que es común que desarrollen una neurosis, trastornos de conductas, retrasos en el aprendizaje y cultivan sentimientos negativos.