René Burgos
El mes de noviembre está dedicado a la familia y una vez más encuentra al más importante órgano social carcomido por una serie de conflictos que han ido acentuándose y deteriorando esta institución, femenicidios, violaciones, violencia, drogadicción y la manifestación del crimen en la organización de bandas juveniles. Esta frágil situación que atenta contra la estabilidad familiar debe mover a preocupación, pues todo lo que sucede en la familia afecta directamente a la sociedad, ya que esta es el espejo del producto que allí se forma, la estabilidad familiar es para la sociedad lo que son las paredes para una casa, su soporte, si la familia anda mal esta también. El boom tecnológico del cual hemos sido objeto lejos de beneficiar a la integración y a la comunicación familiar ha sido un ente de aislamiento, la tecnología ha ido aislando a los seres humanos, pues hoy ya no nos comunicamos a través del diálogo sino del manejo del pulgar, mensajes, BB y otras estrategias que sumen al ser social en un proceso de individualismo en el cual ya no se percibe a los demás. Este nuevo proceso social que ha revolucionado a las personas en medio de la descomposición familiar da lugar a que se agrave cada día más el fenómeno de la desintegración, pues la no percepción de las necesidades del otro, de su condición y de los procesos que vive promueve el crecimiento del problema. Hoy por hoy tenemos que usar la tecnología como una herramienta para salvaguardar a la familia, no para destruir sus procesos de comunicación, los mas media deben ser utilizados para difundir mensajes y estrategias de cómo establecer el vínculo entre padre e hijos en las circunstancias más adversas. La promoción de valores como entes formadores de la personalidad debe ser el norte de esta campaña, ello porque en la medida que se forja el ser de un individuo este poseerá el discernimiento para distinguir cual camino tomar, hacia donde dirigir sus pasos y cómo lograr sus metas. En Estados Unidos las corrientes actuales ya no hablan de valores, sino del carácter, y esto es cierto, pues en la medida que se forje el carácter de un individuo este sabrá responder y adaptarse a determinadas circunstancias de la vida en función de que se le haya enseñado en el seno familiar. La promoción del carácter en base a los valores es la respuesta para enfrentar el desorden social que influenciado por un uso distorsionado de la tecnología no solo en su evolución en los medios de comunicación sino también en otras ramas, pues solo cultivando el ser podrá salvaguardarse el somos.
El autor es abogado