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jueves, 21 de octubre de 2010

Valle de La Vega Real y el Santo Cerro.


Con una vista impresionante del valle de La Vega Real, el santuario del Santo Cerro recibe cada año a miles de peregrinos nacionales y extranjeros que van a rendirle culto a la Virgen, a cumplir alguna promesa, a buscar un milagro o simplemente a admirar su belleza.

Sus orígenes datan de la época de la colonización, siendo el primer santuario mariano de América establecido por indicación de Cristóbal Colón, quien plantó allí la primera cruz en 1492; pero fue en el 1880 cuando un fraile implantó la primera piedra o base para erigir el santuario del Santo Cerro.

Monseñor Freddy González González, párroco del Santuario, recuerda que en este lugar de peregrinaje fue celebrada la primera eucaristía en América, el seis de noviembre del año 1495 y la celebración de los primeros bautizos, que marcaron el inicio de una tradición de fe.

Al lugar asisten muchos peregrinos, mayormente los últimos cuatro meses del año, tales como embajadores, legisladores, presidentes, ex presidentes, militares de altos rangos, y de acuerdo a monseñor González, en los últimos tiempos ha habido un aumento de la presencia de personas de todas las razas y culturas, no solo a nivel nacional, sino internacional.

Para llegar al Santo Cerro hay dos vías de acceso, una que va de La Vega a Moca, que le llaman la carretera vieja, y la otra que va desde la Autopista Duarte hasta el Santo Cerro. Regularmente los peregrinos dejan sus vehículos al pie del cerro y suben a pie, algunos cumpliendo promesas y otros para disfrutar de la frescura del imponente valle.

La belleza del valle es tal, que de acuerdo a lo expresado por el párroco, algunos historiadores lo han comparado con el de Cachemira en la India.

El párroco González resaltó entre sus atractivos la acogida que se le da a los peregrinos, ya que las monjas que tienen 90 años cuidando el santuario, junto a los sacerdotes, laicos y fieles, han formado una espiritualidad y comunión para darle acogida amorosa a quienes llegan aquí, y pese a haber un horario establecido de misas, cuando llegan fieles en peregrinaje les ofrecen servicios de confesión, asistencia espiritual y la celebración de la eucaristía.

Destino

Capilla de la luz
Dada la dimensión del santuario, aquí se construyó en el área frontal, una capilla para el encendido y la quema de velas para cuando las personas van a cumplir promesas, para evitar así el exceso de calor y un posible conato de incendio dentro del santuario.

Herencia colonial
Al frente del santuario se yergue un árbol de níspero, que de acuerdo a lo expresado por el prelado católico es descendiente del primer níspero del que Cristóbal Colón extrajo un leño para hacer la primera cruz que se implantó en el santuario.
Justo dentro del santuario está lo que se denomina el “Santo Hoyo”, el lugar donde fue enclavada la cruz como símbolo de fe.
Souvenirs
Para quienes quieren llevar un recuerdo del Santo Cerro o continuar venerando a la virgen en sus casas, la parroquia posee una tienda donde se expenden artículos religiosos. Además, en todo el trayecto del cerro, hay diversos tarantines que ofertan imágenes religiosas y otros souvenir.

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