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jueves, 8 de julio de 2010
La paz como deber ciudadano
La violencia arropa todos los órdenes de la sociedad dominicana, sin ninguna excepción posible, debido a que todos fomentamos la desarmonía en nuestra conducta cotidiana. La violencia no sólo son los atracos y empleo de la fuerza de modo directo, sino que esta es una cultura enraizada hasta los tuétanos en nuestra cultura como sociedad que tiene una larga historia de violencia política en el pasado histórico.
Somos violentos en el hablar, casi siempre en un tono imperativo y sin ningún elemento de concordia.
También somos violentos en las relaciones con los demás, porque siempre somos ciudadanos que actuamos con agresividad o a la ofensiva, poniendo frecuentemente en apuro a los demás. Somos violentos con nuestros hijos, parientes y personas cercanas, de quienes siempre esperamos un trato sumiso.
¿Qué hacer para encontrar una solución? Simplemente cambiar, vestirnos de mansedumbre y compresión con el medio que nos rodea. La otra violencia es lamentable y lo que necesitamos para combatirla, es una mayor seguridad y cuidarnos nosotros en las calles donde ésta violencia nos espera en cualquier esquina. El país, en sentido general, necesita una gran cruzada por la paz, que debe comenzar cuanto antes, para que este miedo a la violencia no continúe creando un trauma colectivo como está ocurriendo con los medios de comunicación a diario.
La violencia sólo engendra violencia, cultivemos la cultura de la paz, porque cada vez que se le quita la vida a un ciudadano, nace un asesino.
La preservación de la vida humana está por encima de todos los rigores legales, los políticos, los religiosos, los militares, los empresarios debemos reflexionar y colaborar para que el actual estado de violencia colectiva desaparezca de nuestro hermoso país por el bien de todos.