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miércoles, 14 de julio de 2010
dominicano Hanley Ramírez estuvo a punto de meter la pata
En medio de una serie de preguntas en español durante el día de los medios del Juego de Estrellas el lunes, al dominicano Hanley Ramírez se le preguntó en inglés acerca del próximo Juego de Estrellas a celebrarse en Arizona y la postura de ese estado sobre la inmigración.
El reportero quería saber el punto de vista del pelotero sobre este delicado tema.
“Es algo bueno para Arizona”, dijo Ramírez.
“¿Tú crees que es algo bueno?”, le respondió el reportero.
“¿De verdad es algo bueno?”, preguntó una vez más el reportero.
“Sí, es bueno”, dijo Ramírez. “Es bueno para Arizona tener la sede de un Juego de Estrellas”
Ramírez entonces sonrió nerviosamente. Sus comentarios estuvieron muy cerca de ser malinterpretados y el dominicano lo sabía.
No era la primera vez que esto sucedía.
Pregúntenle al campocorto estelar de Florida y él les dirá que está lejos de ser el jugador perfecto o persona perfecta pero en ocasiones sus comentarios son malinterpretados.
El quisqueyano dice que no sólo es el ídolo en Latinoamérica, especialmente en su natal República Dominicana, pero tampoco es ese chico que según muchos en este país habla disparates a diestra y siniestra.
El mundo del béisbol está de acuerdo en que Ramírez sea un gran talento. Ese talento estuvo en exhibición el lunes cuando el toletero dominicano terminó en segundo lugar detrás de su compatriota y bien amigo David Ortiz, de Boston, en el popular Festival de Jonrones State Farm, como también lo estuvo su lado humano.