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lunes, 17 de mayo de 2010
Wendy Martinez y sus consejos.
Wendy Martínez
“Y vivieron felices para siempre”... Así es como terminan todos los cuentos de hadas que escuchamos en nuestra niñez, y todavía se siguen leyendo estas historias, las cuales nos han creado a las mujeres grandes problemas, ya que crecimos con la mentalidad de que al casarnos se terminarían todos nuestros problemas pero la verdad es que nadie nos dijo que precisamente es cuando se inicia la mayoría de los grandes problemas, ya que tenemos que empezar a lidiar con situaciones de todo tipo, económicas, emocionales, sociales, etcétera, para lo cual lamentablemente nadie nos prepara.
Vamos a ciegas al matrimonio pensando que será como un cuento de hadas, cuando en algunos casos se convierte en un cuento de terror, y la mayoría de las veces en lugar de atraer al ‘príncipe adorado’, atraemos al ‘sapo’ más despreciable.
Las mujeres tenemos que despertar de nuestro gran letargo y ceguera mental y entender de una vez por todas de que el ‘príncipe azul’ de nuestros sueños no existe, solo en nuestros sueños. Debemos aprender a amarnos a nosotras mismas por lo que somos, y en lugar de concentrarnos en el aspecto físico de una posible pareja, debemos enfocarnos en otras cualidades, debemos buscar la “conexión espiritual”. ¿De qué te sirve atraer a tu vida a un hombre atractivo, exitoso, inteligente, rico, y demás, si espiritualmente es una basura, un despojo de ser humano?
Tienes que aprender a ver más allá de lo físico, más allá de los sentidos, tienes que aprender a salir del mundo de las formas y entrar en el mundo de lo espiritual. Con esto no te digo que te conformes con tu peor es nada, pero si te concentras tan solo en lo físico entonces estás perdida. Y también si existe una persona no tan físicamente agraciada ¿por qué no brindarle la oportunidad aunque no llene tus expectativas en el momento? Quien sabe si en el futuro ese sapo se transforme en tu príncipe...
Pero, ¿cómo podemos lograr la conexión espiritual? Esto es bien sencillo, solo tienes que analizar cómo te sientes cuando estás al lado de esta persona, sin importar su condición física o económica, simplemente si te aporta como ser humano, si te hace sentir cada vez mejor persona, si te transmite sentimientos positivos, si trae alegría a tu alma y a tu corazón; cuando sientes que has encontrado más que tu otra mitad, tu complemento, exactamente lo que te faltaba para sentirte completa, realizada y feliz... habrás encontrado a tu ‘príncipe azul’.