Tesis sobre el amor hay tantas como corazones latiendo en la tierra. Cualquier definición del sentimiento tan sutil como impetuoso resulta subjetiva. Así como cada cabeza es un mundo, del mismo modo cada humano maneja a su modo un concepto del amor. Hoy Día de San Valentín, el santito a quien se le achacan las travesuras y flechazos de Cupido, es la mejor excusa para hurgar en los adentros y conocer qué tanto es capaz de impulsar en la humanidad el bendito e inexplicable floreteo del amor.
Una sonrisa hay siempre en el semblante de Mildred Dolores Mata, la trabajadora social que sirve en la Unidad de Atención a la Violencia Intrafamiliar, de Género y Sexual de Santiago. Aunque su lucha diaria es contra el dolor y el conflicto, su voz es un aliciente de alegría y humor. Para ella, el amor permite contemplar la realidad, las debilidades humanas, la fragilidad y aún así decidir y vivir con serenidad, respeto, dignidad, coherencia, sin importar las circunstancias. “Para mí es vivir con alegría, un ánimo sereno, con paciencia, sin echarle a nadie nada en cara, sin ilusiones, sin condicionalidades”, reflexiona.
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