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domingo, 15 de noviembre de 2009
Dionis Guerrero, un padre y viudo del vuelo 587 cada día vive la tragedia
Ocho años después del colapso en el aire del vuelo 587 de American Airlines, el 12 de noviembre del 2001, para el ingeniero electromecánico dominicano y vicepresidente en Nueva York del Partido Socialista 14 de Junio, Dionis Guerrero, quien perdió a su esposa Altagracia y a sus hijas Diomarys y Dariana de 31, 7 y 4 años de edad, la tragedia sigue viviendo en su corazón y mente, como si fuera el primer día. Sin poder contener las lágrimas, que no le han dejado de brotar desde la fatídica mañana de aquel lunes trágico, el dirigente izquierdista, habló con este reportero en su residencia de El Bronx, para recordar y revivir los últimos momentos de la mujer que aún en la muerte, todavía ama, junto a sus dos pequeñas hijas, sin que todavía se haya fijado en otra para sustituirla.
Y es que para Dionis, su esposa y sus hijas jamás podrán tener sustitutas. Graduado en electromecánica en la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD) y con más de 20 años que emigró a Estados Unidos y propietario de la empresa New City Muffler de la Tercera Avenida en El Bronx, enfrenta también otra pena en su vida: el hijo que le queda y que lleva su nombre, estudiante de tercer semestre de medicina en la Universidad Hofstra de Long Island y con 18 años de edad, ha sido diagnosticado con Leucemia en septiembre pasado.
“Las lágrimas son la sangre del alma”, dijo recordando una frase de un reconocido filósofo. “Mi alma está herida, son ocho años, no pasa un día sin que piense en mis hijas. La menor tuviera ahora 15 años. Soy un hombre de bien y de trabajo”, sostiene llorando.
El padre, con el visible y profundo trauma de la tragedia de hace ocho años, pide a Dios que le de un “respiro”, porque no entiende el porqué a él. Se auto describe como un hombre siempre entregado a su familia, con profundo amor por su esposa y en lucha permanente por darle un futuro profesional al hijo que ha criado con ahínco y esfuerzos.
“Veo tanta alegría en las otras gentes y yo, he trabajado toda mi vida para sacar a mi familia adelante, porque eso era mi vida. Tengo 19 años en este país, al que le agradezco”, relata. Recuerda que su esposa e hijas, querían ir a la República Dominicana para hacer un jardín en la casa que tiene en la urbanización Los Corales de la capital.
“Horas antes de llevarlas al aeropuerto, no hubo ningún signo de que una tragedia como esta, iba a ocurrir. Mi esposa la habían operado de la vesícula y quería aprovechar el viaje para reposar en su país”, añade Guerrero. Ella era nativa de San José de Ocoa y se había criado en Santo Domingo. La hija más pequeña de Dionis, le pidió que la mandara a conocer su casa.
Entre sollozos, dijo que a veces se siente culpable por haber accedido a la petición de la su hija. “Las llevé al aeropuerto Kennedy a las 8:00 de la mañana y cuando llegué al taller, vi la noticia en Univision, pero no podía creerlo. Nunca me imaginé que ellas iban en aquel avión”, narra.
Después de las muertes de la madre y las niñas, él ha tenido que enfrentar la vida apoyando a su hijo que entonces tenía 8 años y 9 meses de edad. “Para mi, eso fue ayer y hace ocho años”. Antes de partir al aeropuerto, todo era alegría. Recuerdo que le di a la niña $50 dólares y me dijo que era mucho dinero y le respondí que era para que tuviera dinero suficiente al llegar al país.
“Le dije a mi esposa que se fuera el sábado porque hay menos tránsito y no el lunes 12, día de la tragedia, pero ella me dijo que tenía que comprarle algo a un hermano. Con esta tragedia la vida me ha cambiado radicalmente, porque yo era un hombre muy feliz”, explica Guerrero.
“Nunca en mi vida me imaginé eso, no creo en el destino y si lo hubiera imaginado, me hubiera quedado en Santo Domingo. Le agradezco mucho a este país, porque aunque perdí la familia pude darles educación a mis hijas y querer y tratar bien a mi esposa”, sostiene Guerrero.
Definiéndose como hombre de su casa y de una sola mujer, todavía no se ha fijado en ninguna otra para hacerla su compañera. “La vida te da muy duro a veces, ahora mi hijo se me enfermó. Esto no es nada fácil”. Guerrero, que no puede sobreponerse al golpe letal recibido por la tragedia, indica que en ese mismo momento, se le acabó el mundo. “Todavía no he podido superar eso”.
Adoraba su esposa y sus hijas eran su vida. Hasta el momento de esta entrevista, lleva dos meses recluido en su hogar para estar al lado de su hijo. “De vez en cuando voy al taller, pero no puedo dejar a mi hijo enfermo solo”.
Acerca de los inconvenientes de muchos familiares de los muertos y muertas, Guerrero indica que nunca vio los cadáveres de su esposa e hijas, pero que el encargado de la funeraria le dijo que estaban “intactos”. Señala que él no tuvo valor para mirar los restos, aunque en un momento intentó que le abrieran los ataúdes.
Se llevó a Santo Domingo a sus seres queridos y los veló en aquella casa de Los Corales de la que su esposa se sentía muy orgullosa y su hija pequeña quería conocer.
EL GOBIERNO
Guerrero, critica la indiferencia de los gobiernos del PLD y el presidente Leonel Fernández, diciendo que no han respetado el dolor de las familias de las víctimas. Indica que dentro de la lucha del Comité Memorial por levantar un monumento en Santo Domingo, han recibido una respuesta nula de las autoridades oficiales, incluyendo al síndico Juan Santos (Juancito Sport´s) quien dejó a una comisión esperando en la antesala de su despacho.
La mayoría de las víctimas eran oriundas de Baní en el Sur de la República Dominicana, donde se levantó un pequeño monumento en memoria de los caídos, pero para Guerrero el monumento nacional debe estar en la capital.
“Excepto un terreno donado por Hipólito Mejía, los gobiernos de Leonel que le han sucedido, no nos ha hecho caso. Igual ha pasado con los cónsules en Nueva York. Es hasta vergonzoso que el alcalde de esta ciudad se haya preocupado más por nosotros que nuestros propios gobiernos”, añade.
Destacó el trabajo de la presidenta del comité Belkys Lora y el ex concejal Guillermo Linares, quienes han jugado un papel estelar en la lucha porque se reconozca a los parientes de las víctimas. Recordó que en una ocasión se reunieron en Nueva York con el presidente Fernández, pero todo se ha quedado en el aire.
Criticó también al ex cónsul Eduardo Selman, quien les hizo muchas promesas. Y fue informado que el ex cónsul general Tony Peña Guaba, calificó de molestosos a los dirigentes del comité y no quiso recibirlos. “Da pena que ese señor (Peña Guaba) tuviera tan buen papá”, exclamó en referencia al fallecido líder del PRD, José Francisco Peña Gómez.
Negó versiones de que las autoridades neoyorquinas, impidieron que se abrieran los ataúdes, para lo que enviaban un custodia. También aclaró que fue muy bien tratado por American Airlines, que dispuso de representantes para estar a su lado.
Pidió al gobierno fijarse en la situación de los familiares de las víctimas, porque todos, eran dominicanos y dominicanas de trabajo y honestos que aportaban al bienestar económico de su país. Criticó a los medios y periodistas dominicanos, de los que dijo, en su mayoría se han hecho sordos en relación al caso.
Autor: Miguel Cruz Tejada
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