Cerca de cumplirse 100 días del golpe de Estado que derrocó al presidente de Honduras, Manuel Zelaya, un delegado de la OEA dijo ayer que hay una “disposición positiva” de las partes para un diálogo que permita superar la crisis.
A 99 días de la expulsión de Zelaya, el boliviano Víctor Rico, delegado de la Organización de los Estados Americanos, que se encuentra en Tegucigalpa, dijo en rueda de prensa que el organismo está realizando consultas para definir qué cancilleres integrarán la misión especial que visitará el país centroamericano el 7 de octubre. Esta misión será encabezada por el secretario general de la OEA, el chileno José Miguel Insulza.
Rico dijo que ve una “disposición positiva hacia la búsqueda de un diálogo que resuelva finalmente la crisis política”.
“Esperamos que el viaje de los cancilleres tenga un resultado de la resolución de esta crisis”, enfatizó. “No tendría sentido que venga una comisión de cancilleres del secretario general para que no haya un resultado positivo en la búsqueda” de una solución al impasse político.
Esta será la segunda misión de cancilleres de la OEA que llega a Tegucigalpa para buscar una salida a la crisis. El esfuerzo tendría como marco el Acuerdo de San José, un plan de 12 puntos impulsado por el presidente costarricense Óscar Arias, el cual fue presentado a fines de julio, pero hasta la fecha no ha solucionado la situación. “Obviamente tenemos un marco que es el Acuerdo de San José, que establece claramente la forma en que se restablecería el orden democrático y constitucional”, señaló Rico.
Agregó que “si los propios hondureños consideran que se puede modificar (ese acuerdo) yo creo que eso es absolutamente factible; aquí no hay nada escrito en piedra”.
“Tenemos esperanza”
Por su parte, el líder del Frente de la Resistencia contra el Golpe Militar, Juan Barahona, dijo ayer que “tenemos esperanzas de que este diálogo pueda llegar a un acuerdo”.
Planteó que esperan que la OEA pueda “ratificar que es una organización de esperanza, de soluciones de los problemas de los países miembros”.
El presidente de facto de Honduras, Roberto Micheletti, admitió que la forma en que los militares sacaron de Honduras al hoy gobernante depuesto Manuel Zelaya, el 28 de junio pasado “fue un error”, según una entrevista a la revista brasileña Veja difundida en su edición ayer.
“Sí, fue un error. Los militares deberían haberlo llevado a los tribunales, pero decidieron sacarlo del país para evitar un derramamiento de sangre. Por eso decidieron llevarlo a Costa Rica. (En Honduras) No habría una prisión segura para él”, afirmó.
Micheletti aprovechó para criticar a Zelaya, de quien dijo que es un “muñeco” del presidente venezolano, Hugo Chávez.
A su vez, Zelaya consideró que la lucha por su restitución “puede ser prolongada” y señaló la “falta de voluntad” de diálogo del gobierno de facto, dijo Rasel Tomé, uno de sus asesores.
En una entrevista con la agencia DPA, el depuesto mandatario indicó que reconocerá las elecciones sólo si antes es repuesto en su cargo y que vería unos comicios celebrados bajo las condiciones de la “dictadura” como un fraude. “Soy demócrata y creo en las elecciones”, pero “bajo las actuales condiciones no las vamos a reconocer”, dijo Zelaya.
“Ojalá salgamos pronto de este estado de sitio ‘nazi’ que los militares han impuesto alrededor de la embajada (de Brasil, donde está refugiado)”, agregó el derrocado mandatario, para quien el ánimo de resistencia del pueblo no está agotado.
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