RUT ESPIGA EN EL CAMPO DE BOOZ
Noemí tenía, por parte de su marido, un pariente muy rico llamado Booz.
Rut le pidió permiso a Noemí para ir a recoger espigas donde pudiera hacerlo sin problemas.
Como ella se lo diera, Rut salió al campo y se puso a espigar detrás de los segadores. Dio la coincidencia de que el campo adonde ella había llegado pertenecía a Booz, pariente de Elimelec, que precisamente llegó ese día de Belén.
Booz, dirigiéndose entonces a Rut, le dijo: "Oye, hijita, no vayas a recoger espigas a otra parte.
Quédate aquí y no te separes de los trabajadores. Síguelos a cualquier potrero donde vayan a segar. Yo les daré órdenes de que no te molesten. Y si tienes sed, no tienes más que acercarte a los cántaros donde tienen agua."
Al oír esto, Rut se inclinó profundamente hasta el suelo y le dijo: "¿Qué de bueno has visto en mí, una extranjera, para que me trates con tanta bondad?"
"Me han contado, le respondió Booz, lo bien que te has portado con tu suegra después de que murió tu marido, hasta el punto de dejar tu patria y tus padres para venirte a un país totalmente desconocido para ti.
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