Escrito por Tony Brito.
BONAO.-El joven Manuel Gregorio Hernández, que murió y los periodistas Arquimedes Luna y Reynaldo Sánchez quienes resultaron heridos durante confrontaciones ocurridas aquí con motivo de la huelga convocada en Bonao imprimieron un sello preocupante a la protesta contra los apagones y la solución al problema del suministro de agua potable. Desde las primeras horas el paro constituyó una clara y decidida manifestación de apoyo a los huelguistas, pero la violencia no tardó en darle un giro inesperado al movimientro. Ahora la tensión domina más el ambiente. Tan sentidas son las demandas que el paro había encontrado una masiva acogida hasta en comerciantes indiferentes o contrarios a las protestas sociales como método de lucha. El comercio, el transporte, las actividades educativas y las empresas de zonas francas fueron paralizados . Movilizaciones callejeras e incidentes como la quema de neumáticos y escombros lanzados a las calles desataron la confrontación que hasta anoche había dejado un balance de un muerto, cuatros heridos y varios detenidos. Amén de aclarar los sucesos, para el Gobierno la presión tiene un mensaje insoslayable: la gente de Bonao quiere solución a sus muchos problemas y no más promesas. Máxime cuando no es la primera ocasión que suspende sus actividades.
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