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martes, 21 de abril de 2009
El niño Rawilmi Sánchez recupera la salud.
El niño Rawilmi Sánchez Rosario de 4 años de edad y oriundo de la turística ciudad de Jarabacoa en la República Dominicana, tenía que andar con una bolsa plástica desde que llegó al mundo, vasija en la que hacía sus necesidades fisiológicas, ya que nació sin recto. El año pasado, su madre Elba Rosario, lo llevó a un operativo médico que se realizaba en el hospital Juan Bosch de La Vega organizado por la fundación que preside el empresario Juan Romero y el filántropo criollo hizo suyo el caso, moviéndose rápidamente en diferentes instituciones de salud de Estados Unidos, hasta que médicos del hospital de la Universidad Stony Brook en Nueva York, acogieron la petición y desafiaron el reto.
La condición que aquejaba a Rawilmi, no es común entre los niños, por lo que la afección, le estaba creando otros problemas, incluso, con un riesgo que pudo haber puesto en peligro su vida. La semana pasada los especialistas del citado centro, lograron devolverle la sonrisa después que le practicaran una colostomía para trasplantarle un recto tras una intervención previa. Ahora, la bolsa es parte del pasado y su madre “brinca” de felicidad, ya que debido a su situación económica, alguna vez pensó que nunca podría volver a ver a su hijo como un niño normal.
Ella dice que no hay dudas de que la operación ha cambiado la vida para siempre de Rawilmi. El menor fue presentado en una conferencia de prensa en el centro asistencial. La madre sostiene que el niño no podía soportar el intenso dolor que el problema le causaba y que le advirtieron que hasta podía morir. “En tiempos de calor, se le quemaba su ano y todo era difícil y muy complicado. Llevaba una vida muy agitada con él”, añade la progenitora del pequeño. Dos operaciones fueron necesarias para poder restablecerlo a la normalidad.
El empresario Romero recordó que se enteró de la situación del menor durante el operativo del 2008 en La Vega, donde la mamá lo llevó en busca de ayuda. Las intervenciones practicadas al muchachito de Jarabacoa, fueron totalmente gratis.
El buen samaritano que creó la Fundación “Divino Niño” a través de la cual ayudará a los menores más necesitados no sólo de su país, sino de América Latina. Más de 500 niños son beneficiados en cada operativo de la entidad. El comisionado de inmigración de la ciudad y también dominicano Guillermo Linares, destacó los esfuerzos del empresario por el bienestar de la niñez diciendo que gracias al buen corazón de de su compatriota inmigrante, se pudo resolver el problema de Rawilmi.
Autor: Miguel Cruz Tejada
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