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sábado, 14 de marzo de 2009

Las canas tienen poder.

A sólo días de residir en la Casa Blanca, las canas le afloraron al presidente estadounidense Barack Obama. Si miras una fotografía del mandatario dominicano Leonel Fernández Reyna en su primera gestión de gobierno, se nota el encanecimiento (algunas veces disimulado) que matizaron su semblante al final del mandato. En cierto modo esto obedece a que esos hilillos blanquecinos que invaden o coronan la cabellera resultan de una visible manifestación de envejecimiento.

Las canas identifican la cabellera de la ex vicepresidenta Milagros Ortiz Bosch y particularizaron a su tío, el intelectual vegano y extinto ex presidente Juan Bosch. En el país, gente común, pero no corriente, decidió vivir con la cabeza plateada ante el inevitable nacimiento de canas en la juventud que, a decir de la dermatóloga Carmen Iris Taveras, se trata de canicie prematura o la que aparece antes de los 30 años en la raza negra y antes de los veinte en la raza blanca. En Santiago, la dama Olga Lajud, luce una hermosa cabellera canuca, acentuada con sus dosis de buen humor y afectuosidad.

Cuando el cabello se vuelve blanco es porque se produce un cambio en la cantidad de melanina, pigmento que determina la coloración del cabello y la piel. Así, el pelo negro tiene buena cantidad de melanina, los claros poca y el blanco, nada, según el portal nutrición-online.com.

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