Es padre de nueve hijos de siete madres diferentes pero Sergio Vargas no se arrepiente de su procreación aunque si de la vida inestable que llevó en los primeros años de su carrera.
Durante la conversación que tuvo con Listin Diario piensa un rato antes de continuar y dice que sus hijos son su “talón de Aquiles”; no porque hayan sido errores o fallas, sino, tal vez, porque no los procreó dentro de un hogar. Inmediatamente agrega: “Es que ese viaje de la nada a la fama es muy difícil. De no ser por mi abuela Goyita, por todos esos ‘jalones’ de orejas que me dio, no sé que hubiera sido de mí”.
De sus nueve hijos dice tener una excelente relación con cada uno de ellos. Cuatro viven en Estados Unidos y cinco en país. Ninguno vive con él.
Hace unos meses su hija mayor, Ana Mercedes, lo convirtió en abuelo. Sergio están tan ´mono´ que asegura que se atrevería a quedarse con su nieta.
“Yo no estaba preparado para ser abuelo, así que prohíbo que me llamen abuelo, mis nietos me pueden llamar como quieran, menos abuelo”.
No está solo El Negrito Villa Altagracia, como se hizo llamar desde que comenzó a cantar con Dioni Fernández (1984), confesó que tiene miedo a envejecer solo, y se arrepiente de que a su edad, 45 años, no haya podido formar un hogar estable.
“Estoy preocupado porque a esta alturas del juego debía tener una familia organizada. Hoy reconozco que debí llevar una vida normal al lado de una mujer. Tengo mucho miedo a envejecer solo. Mi preocupación es porque no tengo capacidad para dedicarme a vivir en una vida estable”, dice.
Y agrega: “Pero tampoco quiero vivir con alguien para amargarle la vida a nadie, ni que mucho menos que me la amargue a mí”. Aclara que su corazón está confundido, pero no solo.
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