VUELVAN A MÍ CON LLANTOS
Dice Yavé: "Vuelvan a mí con todo corazón, con ayuno, con llantos y con lamentos."
Rasguen su corazón, y no sus vestidos, y vuelvan a Yavé su Dios, porque él es bondadoso y compasivo; le cuesta enojarse, y grande es su misericordia; envía la desgracia, pero luego perdona.
¡Quién sabe si volverá atrás y nos perdonará y hará producir de nuevo a nuestros campos, de los cuales sacaremos las ofrendas para Yavé!
Toquen la trompeta en Sión, promulguen un ayuno sagrado y llamen a concejo.
Congreguen al pueblo, reúnan a los ancianos y que todos se purifiquen. Traigan también a los pequeños y a los niños de pecho, y que los recién casados dejen su cama.
En el patio del santuario lloren los sacerdotes ministros de Yavé y digan: "¡Yavé, perdona a tu pueblo, y no lo entregues al desprecio y a la burla de las naciones! ¿Acaso permitirás que los paganos digan: dónde está su Dios?"
Yavé se mostró lleno de celo por su tierra y tuvo piedad de su pueblo.
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