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jueves, 29 de enero de 2009
Un ex preso de Guantánamo relata el horror.
Meses de incomunicación, noches en vela, tortura sicológica e insultos fueron parte de la terrible experiencia que vivió Abu Bakker Qassim durante los cuatro años que pasó en la polémica prisión estadounidense de Guantánamo (Cuba), hasta que fue declarado inocente y logró refugiarse en Albania.
Por eso, la anunciada decisión del Gobierno estadounidense de clausurar el centro de detención ha sido muy bien recibida por este musulmán chino de origen uigur, refugiado ahora en Albania.
En una entrevista con Efe en Tirana, Bakker Qassim afirmó que "cuanto antes cierren (el centro de Guantánamo), mejor".
"La decisión de (Barack) Obama de cerrar Guantánamo es justa. Durante ocho años (George) Bush permitió que funcionara esa cárcel y cometió un grave error que Obama debe arreglar ahora", declara.
Bakker Qassim, de 39 años, llegó a Albania en mayo del año 2006 junto a otros cuarto compatriotas, que estuvieron recluidos en Guantánamo durante cuatro años. El paso por ese centro de detención marcó su vida para siempre.
La peripecia comenzó en verano del año 2001 cuando Bakker Qassim decidió abandonar la provincia china de Xinjiang, habitada por unos 8 millones de urigures, una minoría de etnia turca y religión musulmana, en búsqueda de una vida mejor y escapar de la represión del gobierno central chino.
A la espera de un visado de entrada a Irán, se cobijó en un pueblo uigur de Afganistán hasta octubre de 2001 cuando el ejército estadounidense empezó a bombardear a los talibán, a los que acusó de haber colaborado con la red terrorista de Al Qaeda en los atentados del 11 de septiembre 2001.
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