Nunca olvidaré esa fría mañana del 11 de enero del 2006, cuando casi como autómata salí de mi casa para dirigirme hacia Brooklyn a cubrir la historia de una niña que las autoridades habían encontrado muerta, sin imaginarme la monstruosidad que me esperaba.
(MAS)
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.