Pero esa noche le fue dirigida a Natán la palabra de Yavé:
Le dirás a mi servidor David: Esto dice Yavé: ¿Así que tú me vas a construir una casa para que habite en ella?
Cuando tus días hayan concluido y te acuestes con tus padres, levantaré después de ti a tu descendiente, al que brota de tus entrañas, y afirmaré su realeza.
El me construirá una casa y yo, por mi parte, afirmaré su trono real para siempre.
Seré para él un padre y él será para mí un hijo; si hace el mal lo corregiré como lo hacen los hombres, lo castigaré a la manera humana.
Tu casa y tu realeza estarán para siempre ante mí, tu trono será firme para siempre".
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