El forcejeo y posterior apresamiento de un hombre que se identificó como dirigente de un intermedio del Partido de la Liberación Dominicana (PLD) y que llegó a arrebatar una pistola a un miembro de la guardia presidencial y manipularla, puso los nervios de puntas a cientos de personas que temieron por una desgracia mayor en el patio de la Basílica.
En ese momento el templo estaba repleto de feligreses, ya que ocurrió poco después de concluida la misa del 21 de enero que contó con la presencia del presidente Leonel Fernández.
El suceso se produjo cuando Miguel Cedeño Ramos, quien tenía una gorra con propaganda de la reelección de Leonel, trató de acercarse desde la última fila al púlpito cerca del altar, por donde en ese momento, a unos 100 metros, salía el Jefe de Estado
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