Una mujer le llevó flores durante cinco meses pero ahora descubrió que en el sepulcro de su esposo estaba enterrada otra persona. El error administrativo se produjo en el cementerio municipal de Paraná, Entre Ríos
María del Carmen Sosa, de 52 años, enviudó el 26 de abril pasado y en la necrópolis local le informaron que la fosa de su marido, Antonio Vera, era la número 190.
Hace un mes, Sosa pidió autorización para construir una casilla sobre la fosa en la que supuestamente reposaba su marido, pero las idas y venidas que evidenciaron los empleados del cementerio provocaron algunas sospechas en la viuda.
Tras una serie de reclamos y de seguir los pasos legales pertinentes, el director del cementerio, Rubén Retamar, autorizó la apertura del féretro donde debía estar Vera.
Grande fue la sorpresa de la viuda y de los empleados al comprobar que dentro de la fosa se encontraba el cuerpo de una mujer.
La misma operación se hizo entonces en la fosa contigua, comprobándose que Vera estaba enterrado en la tumba 191 y que por un error administrativo se lo había asentado en la 190.
Aclarada la situación, la mujer dijo que cuando depositaba las flores en la tumba equivocada veía la que en realidad contenía los restos de su marido y se decía: "pobre persona, nadie le trae nada".
"Ahí estaba mi marido y yo no lo sabía", dijo angustiada la mujer, al tiempo que admitió entre sollozos: "Le dediqué horas a una persona que ni siquiera conocí".
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