Heroínas de la lucha antitrujillista. Hijas de Mercedes Reyes Camilo (alias Chea) y Enrique Mirabal, comerciante y hacendado. Nacieron en Ojo de Agua, en Salcedo, en ese momento común de la Provincia Espaillat. La primera en nacer fue Patria Mercedes, el 27 de febrero de 1924, poco antes de que abandonaran nuestro país las tropas interventoras de Estados Unidos, la segunda fue bautizada con los nombres de María Argentina Minerva, nació el 13 de marzo de 1926, y la tercera, Antonia María Teresa, vino al mundo el 15 de octubre de 1935.
En Ojo de Agua realizaron sus primeros estudios. Más tarde, en 1938, Patria, Minerva y otra hermana suya que aún vive, Bélgica Adela, alias Dedé (2 de marzo de 1925) fueron enviados a estudiar al colegio Inmaculada Concepción, en La Vega. María Teresa permaneció en el hogar por cuestiones de edad: apenas tenía tres años.
De las cuatro hermanas, Minerva, según atestiguan quienes le conocieron desde su infancia, demostró que vino al mundo con una inteligencia prodigiosa y con una notoria sensibilidad espiritual, factores estos que la convirtieron en una persona sumamente atractiva; y en una devoradora de libros sobre literatura y poesía. En sus ratos libres, Minerva además se ejercitaba en la pintura. Todas las hijas del matrimonio Mirabal Reyes, eran hermosas, pero la belleza de Minerva fue legendaria.
En el colegio donde estudió en La Vega, y donde se graduó de bachiller con excelentes notas en 1946, participó como actriz de varias obras teatrales, y en otras actividades culturales donde actuó como declamadora.
En junio de 1949, Minerva y sus padres, invitados por las máximas autoridades de su provincia, asistieron a una fiesta ofrecida en Santiago en el Palacio de la Gobernación en honor al dictador Trujillo, que marcaría el inicio del rumbo trágico para toda la familia: Trujillo conoció a Minerva Mirabal y se sintió atraído por su belleza.
Ya en ese momento Minerva había conocido al joven dirigente comunista Pericles Franco, uno de los fundadores del Partido Socialista Popular, quien había estado en la cárcel varias veces, y con quien estableció amistad tan íntima, que mucho sospechaban que sostenían relaciones románticas.
A los pocos días después que Trujillo fijó sus ojos en Minerva, de nuevo la familia Mirabal recibió, a mediados de agosto, otra invitación del gobierno, esta vez para que asistieran a la fiesta de inauguración del Hotel Montaña, en Jarabacoa. En esa oportunidad el dictador y su hijo Ramfis bailaron con Minerva. Trujillo aprovechó la ocasión para demostrar con galanterías su atracción hacia ella, conducta que no fue del agrado de la joven y por tal motivo dejó de bailar,dando inicio de esta forma al final de sus vidas.
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