BOSTON/AP — De más a menos. Así se puede medir la actuación de Ubaldo Jiménez en su primera Serie Mundial.
Fue un desempeño bastante decoroso para un pitcher novato de 23 años, cuyo debut en las Grandes Ligas fue apenas una semana después del Juego de Estrellas ante el pedido de auxilio de los Rockies de Colorado debido a una seguidilla de lesionados en su cuerpo de lanzadores.
El derecho dominicano estuvo intratable en las tres primeras entradas —sin permitir hits— ante los potentes bates de los Medias Rojas de Boston, que con un par de carreras consiguieron la victoria la noche del jueves por 2-1 en el segundo juego de la Serie Mundial.
“Estoy orgulloso de lo que hice. Me sentí seguro y tranquilo”, dijo Jiménez sobre su apertura en el mítico Fenway Park de los Medias Rojas. “Pero Boston está aquí porque es un equipo que nunca te da descanso y no te puedes descuidar de ellos”, acotó.
En su tercera apertura en postemporada, Jiménez cargó con la derrota al cubrir cuatro innings y dos tercios permitiendo tres hits y dos carreras.
“Para ser un novato, lanzando en este estadio y contra este club, nos dio todo lo que tenía”, afirmó su manager Clint Hurdle. “Nos ofreció una oportunidad”.
Su pecado fue el descontrol, al regalar cinco boletos y golpear a un bateador; recetó dos ponches.
“Ellos son un equipo paciente y al final lo hicieron trabajar la cuenta, pero no dejó de dar batalla”, dijo el manager Hurdle.
Mike Lowell, quien recibió uno de los pasaportes de Jiménez y después le conectó el doble que produjo en el quinto la carrera decisiva, también quedó maravillado.
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