Elvira Téllez dijo que llamó inmediatamente a su hijo y que éste le dijo que llamase a la policía.
Agentes policiales del condado Pima llegaron a la clínica oncológica y le dijeron que abriese la puerta de la oficina para dejarles entrar, dijo Dawn Hanke, portavoz del departamento. Los agentes se pusieron en contacto con el gerente de la clínica, que no estaba al tanto de la situación.
Téllez fue llevada a un hospital como precaución,y dada de alta al día siguiente.
Téllez dijo que ha tenido problemas para dormir desde el incidente de la semana pasada. Ella y su familia dijeron que desean una explicación de la clínica, Arizona Oncology Associates, pero aún no la han recibido. Dijo que el técnico sí la llamó al día siguiente para disculparse.
"No sé qué pensar", dijo Téllez. "Pienso y pienso y pienso, pero no puedo entenderlo".
La directora ejecutiva de Arizona Oncology Associates, Sonya Holm, estaba en una reunión el viernes y no pudo comentar de inmediato, dijo su asistente.
Téllez, de 67 años, y a quien se le diagnosticó cáncer en los huesos, había sido enviada a la clínica para exámenes para determinar si el cáncer se había diseminado.
Un técnico le colocó dentro la máquina aproximadamente a las 4 pm del 19 de septiembre, bajó las luces para que pudiera relajarse y le dijo que no se moviese durante los 25 minutos del procedimiento.
"En un momento, mi mamá perdió la noción del tiempo y sintió que había pasado demasiado, pero no podía mirar a un reloj, porque estaba muy oscuro", dijo el hijo, Ariel Téllez.
Tras pedir ayuda y comenzar a gritar, la mujer se pasó horas tratando de salirse de la máquina. Cuando la policía la encontró, había estado cinco horas encerrada.
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