La relación entre comida y erotismo es tan antigua como el ser humano. Isabel Allende en su libro “Afrodita” lo explica a la perfección cuando dice que desde el mismo momento en que los primitivos pusieron sobre las brazas la primera presa y celebraron el acontecimiento, la alimentación y el sexo conformaron su alianza. En lo adelante diversos alimentos obtuvieron la reputación de afrodisíacos, palabra que surge en honor de la diosa griega del amor, Afrodita
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